Halo y Apple: el Hit que pudo ser y no fue
Steve Jobs presentó la franquicia de Bungie en la MacWorld de 1999 antes de que se convirtiera en una exclusiva de Xbox.
La historia de Halo podría haber sido muy distinta a la que conocemos hoy en día. Corría el año 1999 cuando una nueva franquicia de Bungie fue capaz de llevarse todos los focos en la Macworld que se celebró en junio de ese año. Sí, habéis oído bien, Halo fue, en un primer momento, un juego pensado para Mac —y también para Windows— que estuvo muy cerca de aparecer en los ordenadores de Apple.
Antes de Halo, Bungie se había hecho un nombre en la industria gracias a dos franquicias: Myth y Marathon. La segunda salió en exclusiva para Mac y en ella el estudio mostraba los primeros bocetos de lo que sería Halo con un FPS de ambientación futurista salpicado de viajes en el espacio.
Después de Myth y Marathon, Bungie había logrado un prestigio en la comunidad de Mac. Tanto, que el estudio tuvo la oportunidad de tomar el escenario durante una Macworld para presentar su nueva franquicia. Iba a tomar prestados algunos elementos de Marathon pero las mecánicas iban a cambiar por las de un juego de acción en tercera persona. El tráiler que se mostró en aquel evento, presentado por Steve Jobs, causó un impacto inmediato.
Pero un año más tarde, Microsoft anunció que la compra de Bungie para que Halo se convirtiera en la franquicia estrella para su desembarco en el mercado de las consolas de la mano de Xbox. ¿Qué sucedió para que Apple dejara escapar una franquicia tan suculenta?
La historia cuenta que Bungie estaba al borde de la bancarrota en aquella Macworld de 1999 y que el tráiler que presentaron fue una forma de atraer los focos de medio planeta en busca de un inversor que decidiera comprar la compañía. Ni siquiera estaban interesados en una exclusiva de su nueva franquicia porque el agua les llegaba al cuello. Necesitaban el paraguas de una gran firma y Apple rechazó convertirse en dueña de Bungie.
El momento no pudo ser más oportuno para la compañía ya que Microsoft, al acecho en busca de nombres que potenciaran el catálogo de su consola, vio en ese estudio una oportunidad de forjar una alianza demoledora. Y lo hizo. Se desconocen las cifras del acuerdo aunque se especula que giró en torno a los 30 millones de dólares y provocó el enfado de Steve Jobs que, después de haberse negado en primera instancia, intentó comprar la compañía poco después.
La llegada de Microsoft provocó un cambio de rumbo en el proyecto. De ese shooter en tercera persona se pasó a un título en primera que iba a revolucionar el género en consolas e iba a demostrar que un mando bien diseñado podía competir de tú a tú con el ratón y el teclado. No acababa ahí la revolución de Halo, que además de cambiar el paisaje de los shooters en consola también iba a abanderar, con su secuela, una nueva era en los juegos online.
¿Qué habría pasado con la revolución del shooter en consolas de sobremesa de no haberse completado la operación? Nunca lo sabremos. Pero una certeza sí nos ha quedado más que clara: desde que Halo mutó a lo que hoy conocemos, el género del FPS nunca ha vuelto a ser igual.
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